Las innovaciones en el arte funerario ganan terreno coincidiendo con el incremento de las incineraciones en España y buscan renovar un sector en el que predomina la convencionalidad
Entre las empresas que lideran este movimiento renovador, se encuentra Evoquia, con un quipo de diseño liderado por Pep Güell, que en los años 80 ya fundó Atrezzo, un referente mundial en el mundo del diseño por la fabricación de maniquíes
Los columbarios innovadores ya se encuentran en varios cementerios españoles, entre los cuales el de Montjuïc de Barcelona
La innovación no es ajena al sector funerario y busca respuestas a las demandas del mercado. De ahí que ante el incremento de la tasa de incineraciones en España, que en 2016 fue del 40% de los difuntos, y ante la voluntad de los cementerios de preservar un espacio para las cenizas fúnebres, surjan nuevos diseños de columbarios en forma de esculturas propias de la arquitectura del siglo XXI.
Una de las empresas impulsoras de estos columbarios es Evoquia, que cuenta con un quipo de diseño liderado por Pep Güell, que en los años ochenta fundó Atrezzo, que se convirtió en referente mundial en el mundo del diseño en la fabricación de maniquíes.
Entre las creaciones de Güell, destaca una escultura inspirada en el ciprés, el árbol emblemático de los cementerios mediterráneos, que puede acoger hasta cuarenta columbarios. Este modelo, titulado Cyprus, es una obra realizada en acero corten y cristal de una altura de 6 metros, que ya se encuentra instalada en varios camposantos españoles, entre ellos el de Montjuïc de Barcelona.
Esta escultura, que forma parte de la colección de la empresa Evoquia, promueve un cambio de paradigma en la arquitectura funeraria al decantarse por formas verticales que permiten optimizar un entorno tan saturado como el de los cementerios. A su vez, la incorporación de obras como Cyprus implica una actualización del arte funerario más acorde a las tendencias del diseño del siglo XXI.
La aspiración de Güell, que es el presidente de Evoquia, es la de poner en valor la arquitectura funeraria actual efectuando una transformación equiparable a la llevada a cabo en los siglos XIX y XX y recuperar así la esencia innovadora que se vivió hace un siglo con el desarrollo de panteones y sepulturas diseñados por grandes arquitectos y escultores como Josep Llimona, Josep Maria Jujol, Josep Puig i Cadafalch o Lluís Domènech i Montaner. Según el diseñador, es necesario “modernizar los espacios funerarios que, normalmente, disponen de una oferta convencional” y hacerlo con obras que combinen lo “artístico y lo funcional”.