La expansión del COVID19 en la industria funeraria internacional por Manuel Martín

Lamentablemente el COVID19 constituye una emergencia sanitaria mundial de la que muchos países ya están gravemente afectados, dada la situación que se está viviendo en España e Italia, tratamos de trasmitir conciencia, anticiparse y reducir al máximo el impacto devastador causado en aquellas áreas, aun, menos perjudicadas. Especialmente en países en los que hay núcleos de alta densidad poblacional y en los que la transmisión de la infección puede ser exponencial, como Bombay, Yakarta, Ciudad de México, Sao Paulo… zonas en las que deben tomarse medidas drásticas. Uno de los mayores riesgos a los que nos enfrentamos, es el tiempo que un enfermo tarda en manifestar los síntomas, pero que es capaz de trasmitir el virus.

Las primeras medidas deben venir por parte de los gobiernos, una reacción tardía e inadecuada causa un descontrol absoluto de lasituación en la que el tiempo es el mejor aliado. Generalmente no se actúa con rapidez debido a que es complicado asumir que se van a producir unas perdidas económicas muy elevadas, entre otros factores.

En España se dispone de una sanidad pública, y además de una privada, se han tomado los recursos de la privada para paliar lamasificación, del mismo modo se trata de incluir a las funerarias como parte del sistema sanitario, que en la mayoría de los casos están sufriendo problemas de desabastecimiento en materia de equipos de protección individual, y la idea es ser provistos por parte de las autoridades como cualquier otro centro sanitario.

Las empresas funerarias van mucho más allá que la recepción de un cuerpo; comprenden desde la retirada de cadáveres de lugares biológicamente críticos, como institutos de medicina legal u hospitales de referencia nacional de enfermedades infecciosas, hasta la gestión de los destinos finales de los cadáveres, y el contacto con allegados al difunto con altas probabilidades de infección. Es fundamental estar muy concienciados con el manejo y retirada de los equipos de protección individual.

El protocolo de emergencia ideal para el tratamiento de los cuerpos es una exhaustiva desinfección, la aplicación en contacto con el cuerpo de productos absorbentes, extremando las precauciones con las secreciones nasofaríngeas, una correcta identificación, y un sellado absoluto con desinfección de la cámara exterior.

Cuando se produce un deceso en un domicilio, el personal funerario es el encargado de ejecutar este protocolo, sin embargo, en hospitales, institutos médico legales, y unidades geriátricas deben establecer una coordinación de actuaciones para garantizar la seguridad de las partes implicadas, y el traslado del cuerpo.

Sin embargo, que el mayor riesgo lo constituyen las personas, no los cadáveres, cuando hablan, cuando tocan, cuando estornudan, cuando se reúnen…

Cabe destacar que el director funerario debe ajustarse al dictamen de las autoridades sanitarias, lo esencial es que estas instituciones reaccionen con la máxima rapidez y eficacia, formando un reglamento aplicable a todos los fallecidos por esta causa, además de aplicar medidas contra la aglomeración de personas durante los velatorios, y en general en sus instalaciones públicas, ya que se trata de focos especialmente críticos de contagio, por el evidente contacto que han tenido con el fallecido.

En ocasiones, las empresas funerarias pueden sentirse hostigadas por las familias o por la competencia si no tienen unos reglamentos concretos, y ser víctimas de prácticas arriesgadas que desemboquen en nuevos contagios.

Del mismo modo, el personal médico encargado de realizar los certificados médicos de defunción debe ser especialmente cuidadoso, y ser consciente de que, de no incluir esta causa de defunción, este procedimiento no se activa, poniendo en riesgo nuevamente al personal. Esto es especialmente complicado en casos como los de “sospecha de infección por COVID19” que a efectos legales debe tratarse como un difunto no infeccioso, o no infeccioso de una patología extremadamente peligrosa; como es el caso.

Otro riesgo importante es el de la cantidad de personas que el sistema sanitario puede soportar al mismo tiempo, porque el problema del COVID frente a otras patologías similares, es que la enfermedad se propaga muy rápidamente, en consecuencia se tiene a todos los enfermos a la vez. Infectando primeramente a los sanitarios que son las personas de mayor riesgo, además de los recursos humanos más valiosos.

En el estado en el que nos encontramos, no se debería realizar ninguna práctica tanatológica más allá de la manipulación para laconducción del cuerpo. Por este motivo el traslado internacional no está autorizado en la mayoría de los casos debido a que hay que realizar practicas tanatológicas de conservación del fallecido que exponen al profesional.

Evitar las aglomeraciones a través del confinamiento en los domicilios es la única medida eficaz para frenar la curva de contagios, abastecerse de equipos de protección individual que sin duda van a hacer falta, trasmitir y concienciar de la gravedad del asunto lo máximo posible y restringir absolutamente los desplazamientos innecesarios tanto en el interior como internacionales.

Correo electrónico habilitado para ayuda internacional: info@unionfuneral.eu


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