• El espacio proyectado por el despacho Batlle i Roig Arquitectes consigue el galardón en la categoría de Innovación en la Construcción
• El camino es una iniciativa pionera en España que permite enterrar urnas biodegradables en un sendero de hasta un kilómetro de largo en plena Sierra de Collserola
El proyecto del Camí del Bosc (Camino del Bosque) del Cementerio de Roques Blanques, en el Papiol (Barcelona), ha sido el ganador de la categoría Innovación en la Construcción de la XV edición de los Premios Catalunya Construcció 2018, celebrados ayer en el espacio del Paranimf de la Universitat de Barcelona (UB). Roques Blanques es un cementerio público, propiedad del Consell Comarcal del Baix Llobregat y gestionado por Áltima, que se ha posicionado como cementerio verde, pionero en España gracias a las diversas iniciativas respetuosas con el medio ambiente puestas en marcha desde su construcción, en 1984.
La iniciativa del Camí del Bosc es fruto de los arquitectos Joan Roig, Enric Batlle e Iván Sánchez y es única en España, puesto que es el único espacio natural –dentro de un cementerio- que permite la inhumación de cenizas de forma controlada, a través de urnas de madera natural, a lo largo de un camino de montaña de hasta un kilómetro de longitud.
La vinculación de Joan Roig y Enric Batlle con Roques Blanques es histórica, ya que son los autores de la proyección y construcción de este recinto funerario en 1984. En aquellos momentos ya marcaron un antes y un después al materializar un cementerio que respetaba en todo momento la orografía de la montaña, priorizando las sepulturas en el suelo –tumbas, panteones, columbarios- y sin calles de nichos. En sus más de 30 años de historia, Roques Blanques se ha consolidado como un cementerio verde gracias a la concepción inicial de Batlle y Roig y a la gestión de Áltima, que durante todo este tiempo ha impulsado varios proyectos para la protección y mejora del medio ambiente, teniendo siempre muy presente el entorno privilegiado en el que se ubica, en plena Sierra Natural de Collserola. Además del premiado Camí del Bosc, son ejemplos otros espacios únicos para urnas biodegradables como el Bosc de la Calma, los Árboles Familiares o la Fuente del Reposo. Así como otras iniciativas en colaboración con el Patronato de Collserola y el Museo de Ciencias Naturales de Granollers para fomentar la flora y la fauna autóctonas –construcción de una balsa para anfibios, instalación de refugios para murciélagos y ardillas o plantación de especies de flores para favorecer las mariposas y los himenópteros-. El cementerio fue también el primero de España y el tercero de Europa en obtener el registro EMAS, una de las certificaciones más estrictas a nivel medioambiental.
Para Joan Ventura, director general de Cementerios de Áltima, “este galardón es el reconocimiento a la apuesta firme de Batlle y Roig y de Roques Blanques para hacer de este cementerio un espacio único donde la naturaleza sea siempre una prioridad y las sepulturas se integren respetando la configuración del terreno, sin representar en ningún momento un impacto para el entorno”. Desde la puesta en marcha del Camí del Bosc, en septiembre de 2017, el espacio ya cuenta con 140 urnas biodegradables –de madera natural de castaño del Montseny- inhumadas, lo que representa una acogida “muy positiva” por parte de los usuarios. Según Joan Ventura, “este tipo de opciones resultan necesarias para dar respuesta a la creciente tendencia de la incineración, que en el área metropolitana de Barcelona ya supera el 50 % y se prevé que continúe aumentando alrededor de 10 puntos en la próxima década”.
Es bueno relacionar la muerte con la naturaleza. Todo está integrado. Todos somos uno…