La propuesta solicita la reforma del artículo 143.4 del Código Penal para despenalizar la eutanasia y la ayuda al suicidio, así como exonerar de responsabilidad penal a quien ayude a morir a una persona con una enfermedad terminal o incurable que le provoca sufrimiento físico o psíquico grave
El pleno del Congreso de los Diputados dio este martes el primer paso para iniciar la despenalización de la eutanasia gracias al apoyo expresado por la mayor parte de los grupos a la proposición de ley del Parlamento de Cataluña que pide la reforma del Código Penal en este sentido. Todos los grupos, excepto el PP y UPN, que se han mostrado en contra, y Ciudadanos, que se abstendrá según confirmaron fuentes del partido, han mostrado su apoyo a esta iniciativa, la cual será votada en el pleno de la Cámara baja este jueves.
La propuesta aprobada por el Parlament solicita la reforma del artículo 143.4 del Código Penal para despenalizar la eutanasia y la ayuda al suicidio y exonerar de responsabilidad penal a quien ayude a morir a una persona con una enfermedad terminal o incurable que le provoca sufrimiento físico o psíquico grave.
Actualmente, el Código Penal contempla penas de prisión de entre 4 y 8 años para «quien induzca al suicidio de otro» y de entre 2 y 5 para quien coopere con «actos necesarios al suicidio de una persona». También establece que será castigado con prisión de 6 a 10 años si la cooperación llegara hasta el punto de causar la muerte.
Pese a haber mostrado su apoyo a la iniciativa, la diputada del PSOE Lìdia Guinar incidió en la importancia de que esta vaya acompañada de una regulación de la eutanasia como la recogida en la proposición de ley que los socialistas presentaron la semana pasada. En este sentido, Guinar ha confiado en que la propuesta de su partido será la ley reguladora de la eutanasia en España, porque es lo «más conveniente y adecuado».
El debate, en el que varios diputados recordaron la figura del doctor Luis Montes, recientemente fallecido y quien luchó por elegir libre y legalmente el momento y los medios para morir, comenzó con la defensa de la propuesta por parte de tres diputadas del Parlamento catalán.
Alba Vergès i Bosch (ERC) destacó que ha habido un cambio en la perspectiva social de la eutanasia, ya que cuenta con el apoyo mayoritario de la sociedad, y que «hoy el miedo a sufrir de forma insoportable pesa más que el tabú del miedo a la muerte».
«El paciente no quiere morir»
Por su parte, Marta Rivas Frias (En Comú Podem) subrayó que despenalizar y regular la eutanasia y el suicidio asistido «no le va a restar derechos a nadie» que quiera morir cuando la naturaleza lo marque y no haya una alternativa médica.
La diputada del PSC Assumpta Escarp recordó que desde 1994 el Congreso ha debatido hasta en 16 ocasiones la regulación de la eutanasia y el Parlamento catalán, tres, y defendió «dignificar» el proceso de la muerte.
A través de Pilar Cortés, el PP reiteró su rechazo a la despenalización de la eutanasia, porque, entre otras cosas, no está recogida en la Constitución, no pertenece a la medicina y va en contra de ser médico. «El paciente no quiere morir, nadie se quiere morir. Lo que quiere el paciente es vivir sin sufrimiento y dolor», argumentó.
Tampoco secundó la propuesta Ciudadanos, que en boca de su diputado Francisco Igea abogó por una ley de derechos y garantías de la dignidad de la persona ante el proceso final de su vida, como la que se encuentra en fase de ponencia en el Congreso a iniciativa de su partido. Además, aseguró que esta iniciativa sólo protege a quienes practican la eutanasia, pero se olvida de los pacientes que sufren, e insistió en que esta reforma propuesta necesita un marco regulatorio.
Marta Sibina, de Unidos-Podemos, pidió a la formación naranja que no se ponga de perfil ante este asunto y abundó en que ahora toca al Congreso «estar a la altura» y «poner punto y final a una anomalía democrática» como es la penalización de la eutanasia.
El diputado del PNV Joseba Aguirretxea consideró que debe darse el paso de la despenalización del suicidio asistido con «muchísima seriedad y cautela», ya que no se puede castigar a los que ayudan a morir a una persona que así lo desea, «porque no puede vivir», al tiempo que apostó por legislar la eutanasia.
Desde ERC, Ester Capella defendió que el Estado debe garantizar la vida, pero no puede imponer vivir en todas las circunstancias. Tanto el PDeCAT como Compromís apoyarán la iniciativa, mientas que UPN votará en contra.